Real Madrid sufrió más de la cuenta, pero logró descifrar el candado que presentó Sevilla con un gol de Luka Modric (81’) en el cierre del juego.
Los Merengues se presentaron frente a su público con la obligación de ganar, después de que Barcelona derrotó a Getafe y se acercó a cinco puntos de ellos, frente a un rival que siempre le presenta complicaciones.
El partido fue un monólogo madrileño. Los dirigidos por Carlo Ancelotti tomaron la iniciativa y se hicieron de la pelota, de manera abrumadora, ante la complacencia de los Blanquirrojos.
Real Madrid intentó por las bandas, con Vinícius y Rodrygo, hacer daño a su rival. Las primeras aproximaciones terminaron en disparos desviados o que tenían como destinatario las manos de Orjan Nyland.
El recital blanco no terminaba por despuntar y el nerviosismo se comenzaba a ver en los rostros de los asistentes al Santiago Bernabéu.
El VAR intervino para borrar las risas madrileñas después de que Lucas Vázquez anotara, en los primeros minutos, un tanto invalidado que fue poco del peligro que enfrentó Sevilla.
El planteamiento sevillano fue certero y casi perfecto al lograr que Vinícius no fuera determinante, suerte que también tuvieron Rodrygo y Brahim Díaz.
Luka Modric da triunfo a Real Madrid con un golazo
En el complemento, el equipo visitante estuvo cerca de abrir la cuenta al minuto 52, de no ser por una gran intervención de Andriy Lunin al disparo de Isaac Romero.
La tensión se sentía en la cancha, en lo que fue el regreso de Sergio Ramos al Santiago Bernabéu. Al 75’, Ancelotti mandó al campo de juego a Luka Modric, en lugar de Nacho, y encontró un jugador que en más de una vez salvó a los Blancos.
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Cuando el partido se perfilaba a su cierre, Luka Modric tomó un rechace en los linderos del área; recortó a su marcador, se hizo un espacio y disparó al palo más lejano de la meta de Nyland para marcar un bello gol que festejo como pocas veces.
El mediocampista croata se subió a la publicidad que rodea la cancha y abrió los brazos para recibir los vítores de los aficionados de Real Madrid. El resto de los jugadores llegaron a ese lugar y cargaron en hombros a Luka Modric, en una escena que quedará para la historia del club.
Todavía en los instantes finales, Sevilla quiso empatarlo con un cabezazo de Kike Salas que se fue por un lado de la meta de Lunin.
Real Madrid ganó el partido con una dosis de dramatismo y puso ocho puntos de por medio con Barcelona—nueve con Girona—para continuar cómodamente en la cima de LaLiga.
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