Fue en el año 1979 cuando llegaron las primeras remesas de semilla de papaya Maradol procedente de Cuba, material sometido a evaluación de sus características botánica agronómicas a cargo del ingeniero Fidel de los Santos de la Rosa, jefe del Departamento de Fruticultura del Campo Experimental Cotaxtla, determinante de las condiciones de adaptación de la novedad aportada por los caribeños.
Recordemos, pidió el ingeniero Francisco Javier Ugalde Acosta, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, antes de la fecha citada la única oferta existente en papaya fue la presentación de cera, cuyas dimensiones complicaban el manejo en el mercado al rebasar los 12, 13 kilogramos por pieza, un exceso, si la familia compradora sumaba 3 o 4 integrantes.
Caracteristicas atractivas
Exigió mucho trabajo de laboratorio y campo la aclimatación de la aportación antillana con ventajas en tamaño, promedio de 2 kilogramos por unidad; pero lo más atractivo, alto contenido de grados brix – dulce – más agradable al paladar. Agregan resistencia a rudeza en transportación, fácil acomodo en las maniobras.
Luego de resultados satisfactorios logrados por el equipo con el ingeniero De los Santos de la Rosa a la cabeza procedieron a la expansión del cultivo. Se trataba de un producto desconocido, sin demanda.
Situación que obligó a los promotores en 1985 a regalar la fruta en tiendas de autoservicio, mercados populares, hasta posicionarse en la preferencia de los veracruzanos y mexicanos en general.
Nada es para siempre
Ugalde Acosta puso énfasis al decir: ¡NADA ES PARA SIEMPRE¡, al referirse al regreso del consumo creciente de la papaya cera, única oferta consumida antes de los años setentas.
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Así es la realidad motivada por la alta incidencia de enfermos de diabetes a quienes sus médicos recomiendan consumo de la fruta con 9 grados brix, alimento de nuestros padres y abuelos, en lugar de la importación cubana cuyo contenido tiene 14 grados brix en promedio. Por razones de salud retomamos aquello que ya parecía parte de la historia en fruticultura tropical.
Murió Fidel de los Santos
A propósito de los grandes maestros en agronomía, destacamos el deceso del ingeniero Fidel de los Santos de la Rosa quien fue pieza determinante de los avances en el cultivo de la papaya maradol y mango.
Reciente el fallecimiento, 4 de agosto, lo cual causó gran pesar en la comunidad de agrónomos a escala nacional, pero en especial del Campo Experimental Cotaxtla a quien reconocen como la “Biblioteca Agronómica” en materia de papaya y mango.
Egresado de la actual Universidad de Chapingo, tiene ganado el prestigio en el desempeño de su profesión, fuera de serie. Originario de Jilotepec, residencia en Xalapa.
Por siempre será un referente insustituible al momento de abrir páginas de la historia exitosa del campo en suelo tropical tanto del Golfo de México como el Pacífico.
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