De acuerdo con un estudio de la Universidad Estatal de Colorado, la alta demanda de marihuana en Estados Unidos ha creado una enorme huella de carbono.
La huella de carbono es un indicador ambiental que calcula las emisiones de gases de efectos invernadero (GEI) generadas por una persona, organización, producto o servicio, explica Greenpeace.
A través de un análisis de ciclo de vida de la marihuana, la Universidad Estatal de Colorado cuantificó las emisiones de GEI asociadas a esta industria valorada en 13 mil millones de dólares.
Por cada kilogramo de flor de cannabis seca que se produce en interiores, se emiten entre 2 mil 283 y 5 mil 184 kilogramos de dióxido de carbono (CO2), señala la investigación.
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La huella de carbono está relacionada con la producción de electricidad y el consumo de gas natural para controlar los ambientes en donde se cultiva la planta.
Según los especialistas, el alto consumo de energía de la marihuana se debe a cómo está regulado el producto. Por ejemplo, en Colorado es necesario que el cultivo esté cerca de tiendas minoristas, lo que provoca una gran demanda por almacenes que consumen mucha energía.
Hasta el momento, 36 entidades de Estados Unidos han legalizado el uso médico de la marihuana y 15 han legalizado su uso recreativo.
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