Uno de los segmentos laborales que recibe mayor impacto negativo con la velocidad del proceso de industrialización en el ramo del vestido, corresponde al de sastrería.
La ropa manufacturada en fábrica desplazó al oficio artesanal por diversas razones; pero principalmente el aspecto económico que obliga a reducir tamaño de los negocios y cambio en el esquema de trabajo donde los arreglos de pantalones y camisas constituyan la base de subsistencia de pequeñas empresas.
Esta visión comprende la historia de vida narrada por Manuel Porras Sánchez avecindado en el puerto desde 1968 procedente de su natal Oaxaca y decidido a perfeccionar conocimientos al lado de maestros de la talla de Eduardo Monterrosas , Mario Escalante , Pío Vargas , paso estratégico para lograr el objetivo de triunfo en un mercado de franco desarrollo .
El horizonte era promisorio, veamos : 21 años de edad , abundante demanda del servicio de sastrería , un Veracruz con economía robusta al grado que el entrevistado hizo referencia de un ritmo de 300 pantalones cortados para ser maquilados por 10 operarios en el curso de una semana . Situación normal, porque en diciembre, muchas solicitudes quedaban insatisfechas, demasiada la carga de trabajo.
Dentro del proyecto original estaba considerada compra de casa, disponer de inmueble propio , objetivo cubierto 7 años después de su arribo a esta ciudad producto de un riguroso plan de ahorro y actividad intensa sin descuido de la calidad , base del prestigio que garantiza largo disfrute de los beneficios . Por supuesto, existían muchas facilidades de parte de los proveedores de telas, servicio completo al cliente.
Los sastres se resisten a salir del mercado
Fuera de la competencia
La misma figura generada por la Revolución Industrial en Europa, con desplazamiento del hombre con entrada de las máquinas , sucedió con el tema del vestido en nuestro país . Imposible competir con la oferta de fábricas que manejan grandes volúmenes, comentó Porras Sánchez , el factor precio del producto desplazó gran parte de los artesanos de la sastrería que hace 55 años atrás cobraban $ 30.00 por un pantalón y hoy se ubica en $ 600.00 , ya hablar de trajes completos es historia , uno que otro cliente requiere esta prenda y de smoking ni hablamos .
Frente a esa realidad , antes de bajar las cortinas , “ Manolo “ como le llaman sus amigos decidió cambiar el giro del campo fuerte de la sastrería – hechuras – mediante la incorporación del rubro de arreglos de ropa de caballero y dama . Un nicho de negocio que poco a poco crece en respuesta a los buenos resultados presentados por su auxiliar Ricardo Jiménez Rodríguez especializado en este rubro que exige creatividad al momento de recuperar el equilibrio entre el cuerpo y la prenda .
Sigue la tendencia desprendida de una crisis que amenaza con dejar en la calle a mucha gente que siempre dependió de la sastrería . Lo mismo acuden por cambio de cierres . cintura, largo , quitar pliegues , valencianas , muchos detalles que deben ejecutarse con un toque fino para evitar huella de los arreglos , allí radica la continuidad de la preferencia o no del público .
Definitivamente , es momento de adaptarse al momento , exceptuando a los políticos que suelen ganar dinero fácil – antes y ahora – el grueso de los mexicanos debe aplicar el talento , innovación y disciplina donde el principal compromiso radique en producir , cumplir al pie de la letra los compromisos , lo regalado pierde significación , resulta efímero el satisfactor.
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