América Latina vive en este momento un “boom” o explosión de la literatura de terror, escrita en su mayoría por mujeres, expresa Juan Pablo Rojas, director de la Facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana (UV).
Reconoce que el gusto por este tipo de literatura puede ser también una respuesta de la sociedad que busca alejarse de la realidad de violencia que vivimos, optando por la literatura de tipo fantástico.
En entrevista con AVC en el marco del Primer encuentro de literatura de terror, organizado por dicha facultad, destacó que en México desde el siglo XX ha habido grandes escritores como Francisco Tario, Amparo Dávila y Guadalupe Dueñas, grandes figuras de relatos fantasmagóricos y macabros, sin embargo en la última década de este siglo la literatura de terror ha tenido una gran explosión a nivel Latinoamérica.
Representantes de esta corriente son: Mariana Enríquez y Samantha Schweblin, de Argentina; Liliana Colanzi de Bolivia y Mónica Ojeda Franco, de Ecuador. De México tenemos a Sandra Becerril, que es gran guionista y escritora, relacionada con el cine, Lola Ancira, Gerardo Lima y Bernardo Esquinca, los mejores exponentes de la literatura de terror.
Boom, una respuesta a la situación de violencia que vivimos Cuestionado sobre si este boom de la literatura de terror tiene que ver con la situación de violencia que se vive en el mundo, América Latina y México, responde: “Es una pregunta que se están haciendo los cultores del género y los lectores, y puede tener un sentido de una respuesta a la sociedad en que vivimos”.
Expone que vivimos tiempos muy convulsos que probablemente nos están orillando a alejarnos un poco de la realidad a través de la lectura de lo fantástico, y “si, puede ser una respuesta razonable a esta gran explosión en Hispanoamérica de la literatura de terror”.
Género desdeñado Pese a su importancia pues es un género nos ha acompañado desde Europa y Latinoamérica, específicamente en forma estética desde el siglo XVIII, también es cierto que es un género desdeñado, especialmente en México, a pesar de ello, la literatura de terror goza de buena salud.
“Estamos viviendo una época donde parece que las nuevas generaciones ya no siguen los cánones, esos paradigmas, esos faros, que fueron importantes para nuestras generaciones, ya no lo son”.
Prueba de esta buena salud es que ciertos premios en Hispanoamérica que se daban a literatura de cierta factura, cierta temática y cierta orientación, lo están ganando obras de la literatura de terror.
Prueba de ello es que “Nuestra parte de noche”, de Mariana Enríquez, ganó el Premio Anagrama de narrativa, uno de los grandes reconocimientos que se otorga al género de la novela.
Además, Liliana Colanzi acaba de ganar premio “Ribera del Duero”, máximo galardón a nivel Hispanoamérica que se otorga al género del cuento.
Mujeres, principales exponentes del género del terror Juan Pablo Rojas hace notar que aunque hay varones que hacen buena literatura de terror y el boom clásico fue de ellos, “pienso que en este momento son las mujeres las que están dando esta explosión latinoamericana de terror”.
Cuestionado si esto tiene que ver con la inconformidad social expresada por mujeres de todo el mundo en reclamo de sus derechos, responde que basta con observar los últimos años del siglo pasado en donde los mecanismos en defensa de la mujer no estaban tan desarrollados y se dio un reclamo bastante genuino de las mujeres debido a que sus derechos estaban muy mancillados.
“Hubo escritoras como Shirley Jackson, quien dijo: El horror está en lo que nosotras vivimos como mujeres en la vida cotidiana”.
Y no descartó que las críticas de la mujer sobre la imposibilidad de alzar la voz y la falta de respecto a sus derechos, hayan dado paso a una nueva noción de lo que es el horror, con los respectivos matices del género.
El terror es parte de la identidad del pueblo mexicano
El académico señala que todos los nacidos en México han escuchado por sus abuelos, padres o tíos, historias de fantasmas y aparecidos, por lo que las historias de terror son algo que forma parte de la identidad del pueblo mexicano.
“Cuando trasladamos esa herencia a ámbitos específicos como la literatura, se traduce en un gusto particular por la literatura de terror”. Literatura de terror y cine El cine y en general las artes visuales han sido siempre vehículos de expresión de la literatura de terror y bajo esta premisa señala que el arte es producto de la sociedad en que se habita.
Compara que Diego Rivera reflejó en su obra los problemas con los campesinos, Pablo Picasso en su cuadro Guernica habla del bombardeo, y en la actualidad las series de Netflix, reflejan la realidad violenta que tenemos y los vínculos con narcotraficantes y policías.
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México en un momento tuvo un gran cine mexicano de terror, con uno de sus máximos exponentes Carlos Enrique Taboada y sus películas: Hasta el viento tiene miedo, El niño de piedra, Mas negro que la noche y Veneno para las Hadas.
“El cine de terror en México nunca ha faltado, ha gustado al mundo desde que existió, y por eso no me sorprendió que hubiera mucho interés en este encuentro en cómo influye la literatura en el cine”.
Esto porque al organizar el encuentro, se propusieron cinco mesas de análisis con temáticas distintas, una de ellas fue la mesa de literatura y cine, que tuvo tal cantidad de participantes que de esa sola temática se tuvieron que instalar tres mesas en el encuentro, por ello sentencia: “El cine de terror es un producto que dice mucho de la sociedad en que se consume”. Uno de los invitados, el escritor Gerardo Lima, señaló en su participación que México es el país de América Latina que más consume cine de terror.
“Nos gusta asustarnos estando seguros, el terror es maravilloso mientras no me suceda a mí, por eso funciona, esta necesidad de ir a asustarnos, una parte del cerebro nos incita a eso porque sabemos que estamos seguros en casa o en una sala de cine”.
Primer encuentro de literatura de terror en 65 años Juan Pablo Rojas comenta que este “Primer encuentro de literatura de terror”, es como el título lo dice, el primer evento de este tipo realizado por la Facultad de Letras Españolas en sus 65 años de existencia.
“Es un encuentro de literatura de terror que organiza la Facultad de Letras Españolas para establecer un diálogo con académicos, estudiantes, escritores y público en general interesado en el género”.
Con información de AVC Noticias
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