Aquí es donde debemos decir GRACIAS NETFLIX por darnos la oportunidad de disfrutar esta película que desde los primeros minutos nos cautiva y nos va llevando de la mano hacia una amistad inolvidable en la que un hombre tecladista venido a menos y un brillante chico autista se unen para aprender cada uno a su manera y necesidad situaciones importantes de la vida, todo bajo el calor del compañerismo y amor que existe a su alrededor, donde el poder de la música hace que todo mal del pasado mejore y nos lleve a experimentar la paz que necesitamos.
Esta historia de superación adolescente que ha logrado conmover al mundo entero es “Yo era famoso” y en la cual conocemos a Vince, un ahora hombre que formaba parte de la banda de chicos más popular, pero ahora está solo y desesperado por lograr el éxito en un tiempo en el que el dinero es escaso y su fama ha quedado en el pasado. Su sueño es volver al estrellato, así que empieza a actuar en las calles con la esperanza de que alguien lo escuche, ganar un poco de dinero y poder perdonar un doloroso pasado familiar que le ha impedido ser feliz durante los últimos años. Después de una sesión improvisada con Stevie, un joven autista que toca la batería, se inicia una inesperada amistad entre estos dos artistas incomprendidos, unidos por el poder de la música.
Va a ser difícil no emocionarte con esta película en la que el trabajo realizado por Ed Skrein, quien como Vince, nos permite ver el dolor tan grande que habita en un hombre que en su camino perdió muchas cosas al formar parte de una banda, y que en su actualidad nada de eso queda más que la culpa de no haber estado con su hermano, aquel con el que compartía también la música, en sus últimos momentos de vida y que falleció por una terrible enfermedad, situación que lo llevó a experimentar el rechazo de su madre.
Entre el dolor y un camino inseguro, el destino le permite experimentar la presencia de Stevie, interpretado por un también extraordinario Lee Long, el cual nos muestra la vida de un joven diferente y especial que gusta de expresarse por medio de la música, la batería, y que acompañado por su protectora mamá (Eleanor Matsuura) hará hasta lo imposible por que su hijo sea feliz, aun cuando ella misma dejara de lado su amor por la danza.
Entre situaciones que muestran lo complicado que es el mundo de la industria musical, y la importancia de saber apreciar los momentos que te da la vida, la cinta dirigida por Eddie Sternberg es un drama musical que sabe aprovechar muy bien su narrativa para permitirnos conocer e identificarnos con la vida de cada uno de sus personajes principales y el hermoso mosaico de aquellos que son secundarios, y es que la naturalidad de los suburbios donde se mueve la historia, adornan una propuesta convincente para descubrir que alguien que se quiere comer el mundo versus alguien que solo desea un buen amigo, puede llegar a convertir esa convivencia en una mágica amistad llena de talento.
