Es necesario que el gobierno federal reoriente la posición frente al campo y se aplique una política pública integral, que fomente la productividad, para que los productores agrícolas cuenten con la capacidad de acceder a la innovación, la tecnología y la modernización que el campo requiere para producir alimentos y contribuir con ello en la contención de la inflación que hoy vive el país, planteó la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (Umffaac).
Su presidente, Luis Eduardo González Cepeda, expuso lo anterior en el marco del Día Nacional del Maíz y tras considerar que las prácticas agrícolas tradicionales son muy respetables, resaltó que no es factible que con éstas se produzcan alimentos que bajen los precios de la canasta básica.
Por ello insistió que solo con un campo moderno se logrará la productividad necesaria en cultivos como el maíz para disminuir las importaciones de alimentos de los Estados Unidos.
Citó que el año pasado el país gastó casi 5 mil millones de dólares en importaciones de maíz, casi 6 veces el presupuesto destinado para la compra de fertilizantes en 2023.
En ese sentido consideró que las importaciones no son la solución a mediano plazo para controlar la inflación de los alimentos básicos, porque “esto solo se logra si tenemos un campo más moderno que aumente la productividad en los cultivos”.
Necesario que gobierno reoriente posición frente al campo
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Por ello urgió a reorientar el enfoque de la política agrícola para iniciar el proceso de modernización del campo mexicano, pues el modelo agroindustrial es el más eficaz para garantizar la productividad de granos básicos como el maíz, del que se deriva una gran variedad de alimentos que distinguen a la comida mexicana.
El presidente de la UMFFAAC explicó que “el aumento de la productividad en el campo es la llave que permite contener la espiral inflacionaria de los alimentos, como el que está actualmente sufriendo el maíz y por ende el precio de la tortilla, de ahí la importancia de que el gobierno no limite el enfoque de política la agrícola a celebrar el objetivo de producir para el autoconsumo y el respeto a las prácticas ancestrales.”
En relación a la viabilidad de modernizar al campo mexicano, González Cepeda sostuvo que si los rendimientos por hectárea del maíz rondan las 3 toneladas en promedio, es factible elevarlos hasta 15 toneladas, como lo demuestra la productividad de este cultivo básico para la dieta nacional, en estados como Sinaloa y Jalisco, que tienen los medios técnicos necesarios para producir en esas cantidades.
Explicó también que la mayor productividad del campo mexicano requiere de una serie de acciones coordinadas que promuevan apoyos a la mecanización, innovación tecnológica, acceso a fertilizantes, a productos de protección de cultivos, a semillas mejoradas, tierras niveladas, control de plagas y financiamiento entre otros factores de la producción.
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