El programa de regularización de automotores de procedencia extranjera puesto en marcha por el gobierno de la República en 12 entidades fronterizas resultó un fracaso. La improvisación prevaleciente genera confusión entre la burocracia sin alcanzar el objetivo anunciado. Hasta ayer todo queda en retórica utilizada en campañas políticas.
Este pronunciamiento corresponde al licenciado Guillermo Rosales Zárate, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, al establecer evaluación del panorama prevaleciente en ese rubro. La causa radica en las modificaciones al esquema original del decreto presidencial en respuesta a presiones ejercidas por grupos interesados en recibir beneficios sin cubrir requisitos que garanticen legalidad plena.
Eliminaron revisión aduanera
Consecuencia de esa dinámica gubernamental laxa en extremo, el Jefe del Ejecutivo Federal, durante sus giras de fin de semana, recibió planteamientos tendientes a “brincar” intervención de agentes aduanales y del Sistema de Administración Tributaria. Equipo de profesionales en validar la naturaleza legal del proceso, entre otros requisitos, verificar pedimentos de importación.
Esos conceptos fundamentales para dar certidumbre de que se trata de un asunto apegado a la ley en vigor quedaron al margen. Todo el programa centralizado en el Registro Público Vehicular operado con equipo sin el indispensable rango de actualización; lo cual implica alto riesgo de caer en la introducción de unidades de origen ilícito, con solamente pagar $ 2500.00 de derechos al fisco.
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Carecen de personal capacitado
Los hechos hablan por sí solos, aseguró el principal directivo de la AMDA, en otra parte de la entrevista al referirse a resultados, veamos ejemplos contundentes, fiel imagen de la realidad con proceso “ entrampado“ por 2 razones básicas: falta de personal capacitado y equipo obsoleto. La información reportada carece de veracidad, fuera de tiempo que lleva a situaciones extremas como el suceso registrado apenas una semana atrás donde emiten reporte de robo correspondiente a una unidad modelo 2022, aun en agencia de distribuidor, sin venderse. De ese tamaño son las incongruencias que irritan a la opinión pública pensante.
Esa comisión de errores por los factores referidos dan lugar al ambiente de saturación que, independientemente de los “vacíos” propiciados por los ajustes hechos sobre la marcha, sin importar riesgos de mayor incidencia delincuencial con el indebido uso de este parque vehicular extranjero, agregan el sistema anacrónico en operaciones del REPUVE – Registro Público Vehicular -, reflejado en mala calidad de la información, desconfianza generalizada en las disposiciones oficiales, concluyó.
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