La carga acumulada de pasivos en el servicio del transporte público modalidad taxis rebasa la capacidad de resistencia de concesionarios. Ninguna medida de austeridad y de buena administración soporta el impacto. Primero, efectos severos del Covid 19 y, aun sin reponerse, aparecen aumentos desproporcionados en precio de la gasolina.
Las consecuencias están a la vista, señaló el contador Guillermo Larios Barrios, director general de Taxi GL; al momento de evaluar la situación prevaleciente en la conurbación Veracruz-Boca del Río, con la pérdida del 50 % del parque vehicular en los últimos 2 años y, los conflictos generados en el exterior desquiciaron el control en energéticos que propicia aceleramiento de quiebra de quienes aún prestan el servicio.
Falta de verificadores de bombas
El panorama presenta tintes de alarma, muy complicado, dijo también en el curso de la entrevista, cuando los cambios varían en el momento que personal de las gasolinerías lo dispongan. Diferencias de uno, dos o más pesos entre una unidad de despacho y otras ubicadas en la misma cuadra o avenida; pero lo peor de todo radica en ausencia de verificadores de correcta calibración de las bombas dispersoras.
Está demostrada la insuficiencia en número de personal de la Procuraduría del Consumidor en proporción con el tamaño de la plaza. El hecho de exhibir calcomanías con leyenda de verificado no significa garantía de entregas exactas del producto comprado, continúa la duda, desconfianza entre lo expresado con la realidad. Manifestaciones de corrupción siguen presentes.
Conversión al gas sin éxito
Ahora bien, el empresario Larios Barrios lamentó el resultado del programa de conversión del sistema de gasolina a gas natural que reúne ventajas de mejor precio, mayor rendimiento y amigable con el ambiente. Hasta el momento solamente el 3% de los vehículos activos aprovecharon la oferta. Número de unidades muy bajo a las expectativas generadas.
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Fueron diversas las causas argumentadas para cancelar los planes de referencia, en el caso de quienes ya tenían montado el equipo y de otros interesados en incorporarse a la versión novedosa. En otras referencias, señalaron el desprendimiento muy marcado de olor del gas natural, detalle incómodo tanto para el conductor como pasajeros. Sin faltar la invasión de espacio de la cajuela con la posición del tanque alimentador.
Por último, el dirigente de la organización de Taxi GL considera una imprudencia hablar de ajuste alcista a la tarifa, cuando los bolsillos de jefes de familia están “secos”. No se le puede sacar “sangre a las piedras”, basta con aplicar sentido común. Seguirán con el cobro mínimo entre los $ 35.00 y $ 50.00 corridas cortas; pero recomienda, antes del abordaje de la unidad, preguntar el costo del recorrido.
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