Luego de un análisis serio, producto de la experiencia de más de 30 años al frente de aulas, un grupo de maestros normalistas encabezados por Rodolfo Suárez Castellanos, presidente del Consejo de Jubilados y Pensionados de Veracruz consideraron un acierto del Gobierno del Estado la disposición relacionada con el regreso a clases presenciales, cuyo acatamiento será voluntario para niños y adolescentes.
Aun sin expresión documentada, deducimos un carácter diferente para los profesores ya vacunados contra el contagio del coronavirus, quienes deberán presentarse en los planteles a fin de conocer la realidad prevaleciente, fueron muchos meses de abandono.
En las condiciones actuales observamos mucho desgaste entre los padres de familia, personal docente aplicado muchas horas en la transmisión de conocimientos y los alumnos; esfuerzos extras que, desafortunadamente reportan muy pobres rendimientos.
La calidad del servicio educativo aparece desplomado, se pierde la “magia” de la interacción en el salón de clases, el lenguaje directo le da el plus al proceso enseñanza-aprendizaje. El regreso físico a las escuelas tiene justificación en lo fundamental; con respeto al protocolo sanitario, cuyos insumos de la prevención debe entregar la Secretaría de Educación.
Mucho trabajo a supervisores
Nadie está de acuerdo con las improvisaciones que acompaña siempre a los flojos e ignorantes, por esa razón Suárez Castellanos, a una semana de la fecha de aplicación del acuerdo referido, señaló a los supervisores escolares como responsables inmediatos para organizar a los padres y docentes en la jornada de corrección del deterioro de infraestructura.
Precisar el diagnóstico de la realidad y buscar los apoyos propios y oficiales que permitan el regreso formal y continuo en el nuevo ciclo a partir de agosto o septiembre.
El reto es grande, porque algunos maestros rechazaron la vacuna y los niños sin presentar síntomas contraen el coronavirus y lo transmiten.
En materia de procuración de ambiente saludable, el entrevistado recomienda la ventilación amplia de los espacios, prescindir el uso de aparatos de aire acondicionado, porque está demostrado la concentración de secreciones se expanden de manera imperceptible que pueden corresponder a enfermos del Covid-19 y en cuartos cerrados es factible absorberlas por la concurrencia. Preferible, además de abrir puertas y ventanas el reforzamiento con extractores de aire, herramienta práctica y efectiva en estos casos.
El sindicato no debe ser “alcahuete”
Al referirse al planteamiento original del sindicato de trabajadores de la educación en el sentido de exigir vacunación de todos los niños como requisito para avalar el regreso a las escuelas, el dirigente de los jubilados y pensionados en la entidad veracruzana pidió cordura, sensatez en sus colegas; porque esa meta ocupará un plazo mayor con daños irreparables o, en el mejor de los escenarios, llevaría a niveles cualitativos pésimos.
Te puede interesar:
Estos son los municipios en los que no habrá clases en Veracruz
Campeche será el primer estado en volver a clases presenciales
Definitivamente, dijo, las organizaciones sindicales no deben ser “alcahuetes” de los carentes de vocación, “chambistas” proclives a sólo “matar el tiempo”. Otros países cumplen nuestro país debe hacerlo también .
Un disparate dicho por Zenzayen Escobar
Por último fue contundente al calificar como un disparate lo expresado por Zenyazen Escobar García, secretario de Educación de Veracruz quien anticipó una desbandada de educadores, solicitando el derecho a la jubilación, consecuencia del regreso a clases presenciales. Este tipo de comentarios “jalados de los cabellos” son propios de funcionarios improvisados, sin formación normalista, con los cuales sólo confunden a la opinión pública.
