Son pocas las películas mexicanas que permiten realizar un viaje al pasado, y que además ofrece un cast con actores destacados que nos invitan a disfrutar de este viaje lleno de esperanza y deseos de superación, ya que de la tragedia se retoma la fuerza para salir adelante como pueblo y así lograr una meta: que no se pierda la única vía de comunicación gracias a la presencia del tren; si a esto sumamos buenos efectos especiales, personajes carismáticos, una comedia involuntaria y fresca, tenemos como resultado una propuesta encantadora y nostálgica.
1936. El pueblo La Esperanza, en el desierto mexicano, recibe la noticia del cierre de la mina, su principal motor económico, y con esto la cancelación de la ruta del ferrocarril, única vía de comunicación con la civilización. Durán, el joven mecánico, ve frustrado su sueño de convertirse en maquinista y tendrá que elegir entre cruzar la frontera Norte, y renunciar a sus raíces y al amor de su vida, o ayudar a un grupo de pobladores que resisten en el pueblo con el plan más descabellado: construir su propio tren de vapor.
“El poderoso Victoria” es sin duda una propuesta muy atractiva para todas las edades, ya que cuenta con una producción cinematográfica que bien vale la pena y te mantiene entretenido de principio a fin, en especial por esa fuerza de voluntad de cada personaje, interpretados por Damián Alcázar, Gerardo Oñate, Joaquín Cosío, Roberto Sosa, Alberto Trujillo, Luis Felipe Tovar, Eduardo España, Javier Zaragoza, Edgar Vivar, Adal Ramones, Said Sandoval, Daniel Martínez, Alonso Echánove y Ana Monterrubio, todos gozando una excelente caracterización de la época con vestuarios, peinados y además acompañados por una musicalización que se siente agradable para vivir esta aventura de construcción de un nuevo tren, aquel que refleja el amor de aquellos que dieron hasta su vida por él, sin dejar de sentirse intimidados por gente del Gobierno que los quería hacer menos.
